Ya no me acuerdo si tus ojos eran marrones o negros, como la noche o como el día en que dejamos de vernos, solo recuerdo que llovía y que quedamos. Pero haciendo un gran esfuerzo aun veo, tu mirada en cada espejo, donde cada noche, me sube hasta el cielo. Ya no me acuerdo ni de tu risa, ni de tu prisa por darme un beso. Ni que botón de tu camisa desabrochaba primero, ni que cosa me contabas cuando querías robarme el sueño. Dicen que el tiempo y el olvido son como hermanos gemelos, que vas echando de más lo que un día echaste de menos, y yo que culpa tengo si no me acuerdo. Tan efímero y tan eterno.
Todo lo que tienes que hacer es ponerte a leer el libro de tu vida. Página por página, ninguna se puede saltar, todas han pasado y de una forma u otra servirán para ir hacia adelante. No te arrepientas,no te juzgues. Se quien eres realmente. Nunca dejes de escribir tu libro, sigue escribiendo historias para explicar el caos que hay dentro de tí. Y si te sale una lágrima cuando leas alguna página, no tengas miedo, es como la lágrima de un fan escuchando su canción favorita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario